Por César Biernay Arriagada
La ciencia ficción como “lo distópico” o como “antiutopía”, tributa en literatura al propósito de entretener, sorprender y reflexionar, en base a los ejes temáticos de la deshumanización y el declive de la sociedad. El cataclismo inminente al que los seres pensantes estamos enfrentados día a día, ya sea por desastres naturales o por la rebelión de las máquinas, decanta en el derrame creativo que dos buenos escritores comparten en la esfera de la narrativa actual.
Marcada por una pandemia y una sorprendente vanguardia tecnológica, “Investigando Humanos y otros cuentos para el Fin del Mundo”, es el título del interesante libro de Eduardo Contreras y Cecilia Aravena que nos transporta a un futuro, a un pasado y/o a un mundo paralelo, orbitando en particulares disquisiciones. Máquinas con autonomía y conciencia propia, al límite de la realidad y la ficción, cautivan al lector desde las primeras páginas del libro elucubrando sobre nuestro inminente y fatal destino.
Cada relato compilado aborda problemáticas de ciencia ficción diferentes a las de la realidad pura, pero en torno al mismo dilema: hacia dónde vamos. Las narraciones y cuentos de esta obra fueron trabajados en el taller de Poli Délano, develando entre sus líneas el flujo inspirador del recordado escritor. En efecto, desde la nota introductoria hasta el entramado de los cuentos, incluyendo las palabras del prólogo, se rememora el legado del “siempre presente maestro Poli”, lo que se agradece y se valora.
Un robot, un código y una amenaza, son algunos de los elementos que rotan en las entregas de este libro, en escenarios tan distantes como congresos intergalácticos o superficies terrestres saturadas de radiación, y tan cercanos a la vez como un laboratorio de experimentación de drones o una cena romántica en un céntrico hotel. Con ilustraciones del dibujante cubano Alejandro Triana, los personajes de estos cuentos transitan en sociedades ficticias y no tanto, en el marco de lo distópico de la ciencia ficción, cautivando y atrapando al lector.
Experiencias recientes en este ámbito creativo, desde HAL 9000 en Odisea del Espacio hasta la pastilla roja de Neo en Matrix, pasando por un agujero de gusano en Interstellar, dan cuenta de la vigencia de esta categoría literaria que apela a la alta capacidad de imaginación y prospección de narradores y lectores. Si a ello se suma el impacto de la prensa científica, que en permanentes entregas noticiosas dan cuenta de la brecha que se acorta, en el plano de la ciencia y la robótica, hacia la supremacía de la inteligencia artificial, esfuerzos literarios como este permiten detenernos a repensar los designios de la especie humana.
Mención aparte merece el relato “Obras Consagradas” de Cecilia Aravena, que en una trama inteligente y bien urdida explora un mundo futuro con grandes repositorios de memoria, en torno la búsqueda de la génesis creativa de un afamado escritor. Tras el despliegue de la inteligencia artificial en todas las áreas del conocimiento humano, su párrafo central remata en que “la literatura es creación exclusiva de las personas, es lo que nos queda”. Notable. Misma distinción merece “El Accidente”, escrita a cuatro manos entre Eduardo Contreras y Cecilia Aravena, que mezcla lo policial con la ciencia ficción, en base a tres leyes de la interacción robótica con humanos, en sensacional guiño a Isaac Asimov. Un “loop” de contradicciones dejan procesando eternamente a una máquina, lo que constituye la clave para solucionar un macabro caso de asesinatos en serie. Simplemente rutilante.
La capacidad que una pieza robótica creada por la inteligencia humana pueda razonar y sentir como un humano, es la chispa que cientos de escritores han abordado en la inmensa cantidad de páginas escritas en la historia de la literatura universal. Unir aquello con la amenaza de un planeta que se autodestruye en su propio recalentamiento global y sobreexplotación de sus recursos naturales, es la marca de fábrica de las narraciones escogidas para el presente libro. A las tramas policiales que nos tienen acostumbrados los autores, se suma con esta entrega el desarrollo de la ciencia ficción, que al mezclar híbridamente lo real con lo ficticio, alertan, alarman y enmudecen. A los relatos fantásticos de antiguos maestros del género, se suma este destacado esfuerzo, que no solo viene a engrosar los tomos de la narrativa de ciencia ficción en el país, sino que cruza lo utópico con lo negro, en una particular edición con el gran Poli Délano en la memoria. Los trabajos que se compilan en “Investigando Humanos” de Espora ediciones, entretienen, sorprenden e invitan a la reflexión, desde lo distópico y la antiutopía.

Los autores Cecilia Aravena y Eduardo Contreras.