Por Ignacio Fritz (PAN Magacín Revista Nº 5 – 5 de enero de 2023)
Tuve la oportunidad de conocer al señor Toño Freire en mi participación en un conversatorio en el Centro Cultural de España (CCE) —en septiembre último— sobre nuevos ámbitos de la narrativa policial chilena, junto al señor César Bernay, y moderado por el señor Bartolomé Leal.
A pesar de que logré defenderme de las preguntas, o en realidad entablé un monólogo de varios —¿o pocos?— minutos acerca de mis apreciaciones vivenciales sobre-y-con el género de las pistolas, me llamó mucho la atención que el señor Freire me regalara allí mismo —sentados y con público presente, que no llenaba completamente la sala (seguro había un concierto ese día)— su libro Rakatan en la sirena (Crónica Novelada de una Boite con Historia), con su firma y dedicatoria, lo que me causó gracia y simpatía, sobre todo si pensamos que la gran mayoría de los escritores en Chile, sobre todo los de las nuevas generaciones, tienden a ahorrarse ese tipo de gestos, como regalar un libro entre colegas.
A su haber, el señor Toño Freire tiene cincuenta y siete años de labor periodística como repórter, director, editor y crítico, junto a su contribución a grupos pioneros en lo que a televisión se refiere, como TVN, y fue agregado de Cultura y Prensa en Perú en el gobierno del presidente Patricio Aylwin y ha ganado el Premio APES… Posee un largo etcétera de suma importancia, como haber sido Rector y Fundador de IACC, hoy UNIACC, de donde yo, Ignacio Fritz, estudié, y me gradué de periodismo. En suma, el señor Freire es un peso pesado y yo, a su lado, un peso mosca.
La verdad sea dicha.