Por Bartolomé Leal de Letras de Chile
Texto leído durante la presentación en el Hotel Foresta del libro “¿De la trompita o de la colita? y otros relatos” de Toño Freire, el miércoles 8 de mayo de 2024
La literatura policial chilena se podría decir que tiene tres grandes hitos, representada por autores señeros. Primero el historiador Alberto Edwards, quien publicó con seudónimo relatos de su personaje Román Calvo, “el Sherlock Holmes chileno” en la revista Pacífico Magazine editada por los años 20 del siglo pasado. Luego vino en el creador de la Brigada de Homicidios, René Vergara, que con su personaje el inspector Cortés se transformó en un modelo para generaciones de autores que han trabajado sobre todo la veta de los “crímenes reales”. Después llegarían Ramón Díaz Eterovic y su detective Heredia, protagonista de una veintena de títulos que, en formato policiaco, pasan revista a la historia nacional reciente. La obra de Ramón ha nutrido series radiales y televisivas, comics, literatura juvenil e incluso manuales de la propia policía.