mayo 2, 2025

“Calle Viel / Rue Saint Germain”, La cuasi – biografía de Toño Freire

Por César Biernay

¿La televisión de los sesenta era mejor o peor que la digital de los años que corren? ¿Es lo mismo un intelectual de izquierda que un compañero de lucha? ¿Es lo mismo pasear con una amiga llevándola parada en la rueda trasera de la bicicleta, que sentada sobre el manubrio? Estas son algunas de las preguntas que se deslizan por las páginas de “Calle Viel / Rue Saint-Germain” de Toño Freire, que nos dejan masticando un Santiago que se fue.

El libro da cuenta de tres momentos. Primero la infancia y juventud de Drago Egaña, el protagonista, cuyo núcleo familiar vive con recursos escasos bajo fuertes convicciones de superación. Segundo, su juventud y adultez, que movido por la capacitación y perfeccionamiento profesional viaja por un año de Europa, becado por el estado francés, donde vive las peripecias propias del chileno que sale, pero a ganar. Y tercero, su retorno al país, a su tierra, tan suya pero tan distinta a la ciudad de la luz.

Su periplo por las tierras de Napoleón, bajo los preceptos gubernamentales del general De Gaulle, no está exento de dificultades. Su año de foráneo coincide con la revuelta de La Sorbonne, lo que marca el devenir del inquieto Drago. La cancelación de la beca, su espíritu combativo y el amor que cíclicamente toca su corazón pero se escapa, van decorando el derrotero del periodista que día a día lucha incansablemente por un mañana mejor. El relato también dedica sendas páginas a la comunidad de chilenos en el extranjero, que con la nobleza pura de quien no olvida el sabor de una empanada cuando chorra en la boca, recibe con los brazos abiertos a quien busca abrirse paso más allá de la cordillera.    

Las líneas de “Calle Viel / Rue Saint-Germain”, están colmadas de fechas, lugares y anécdotas, que nos llevan a los años cincuenta y sesenta, con una descripción tan fina de los hechos, que sentirse protagonista fluye y conmoverse resulta fácil. Para ejemplo un botón. De aquel gobierno de Pedro Aguirre Cerda, cuando se creó los comisariatos y las libretas de racionamiento: “vendían barato y en cantidades pequeñas, cien gramos de manteca, doscientos de azúcar, un cuarto de litro de aceite, otro tanto de carbón o leña, las colas para adquirir mercancías eran larguísimas y era menester madrugar para ganar un puesto”. Si el lector peina canas, recordará cuando las mamás permanecían en los hogares haciendo las cosas y enviaban a los pequeños a comprar, instancia en que los matones del barrio abofeteaban a los más chicos para quitarles el puesto. Por suerte, en el relato aparece “El Zorro” para hacer justicia.

La obra también describe a personajes populares que no aparecen en los libros de historia. El turronero, que con delantal blanco y una campana, avanza por los pasajes ofreciendo el dulce trozo de leche con almendras y nueces, que tras su andar aromatiza las callejuelas en perenne recuerdo de las barriadas chilenas. El bodeguero de toneles de tinto, que con técnica ancestral descarga el mosto desde los vagones del tren, en un sofisticado sistema de mangueras, alambres y postes, que trasvasijan el preciado líquido desde la línea férrea hasta la bodega, por encima de la calle, sin detener el tráfico.

Mención aparte merece el relato de los antiguos basquetbolistas de Famae, que tras el cierre del gimnasio que los vio triunfar, deciden volver por un único partido, para recibir un aplauso final de la incondicional hinchada. El grito “F con A… FA; M con A… MA; solita la E y la respuesta coral FAAAMAAAEEE! ” retumbó en el viejo galpón de calle Viel aquella tarde de viejos cracks. Y si de reminiscencias se trata, la guinda de la torta es el rescate de la figura de Antonio Ramón Ramón. Si el lector conoce los pormenores de la matanza de Santa María de Iquique, facilitará la comprensión del devenir de este minero y su gesta de justicia.

Leer la obra de Toño Freire, es sumergirse en la historia y salir empapado de sucesos que se conectan con la historia reciente y futura del mundo. ¿Qué diferencia existe entre un padre de hoy que regala un celular a su hijo, con el de los años cincuenta que le obsequia a un hijo su reloj? ¿Las demandas de La Sorbonne eran distintas a las del estallido social del 2019? Y la televisión ¿Sigue marcada por el afán económico de los poderosos o está regulada para promover el bienestar y sana convivencia? La (dudosa) narración en primera persona de “Calle Viel”, nos presenta entrelíneas a un protagonista muy parecido a su autor ¿Será Drago Egaña un Toño Freire de papel y tinta?

Lea la obra de Toño y sorprenda a sus familiares y amigos en la sobremesa. Caray que hace falta apagar la tele y volver a mirarnos.

Ya sea televisión digital o televisión análoga, prefiera el libro.

Prefiera el libro. 

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